sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad

Apareció casi por casualidad. Un viejo poema de Gloria Fuertes (sí, esa señora de voz grave que, de niño, me encantaba) llamó a la puerta hace unos días y me habló de unos pastores que traían queso; de unos ojos largos, otros negros y otros claros; de otro pastor sin madre que venía descalzo, y de un niño que no debía dormirse, ya que le estaban rezando. Quizá fuera una broma (otra) de la señora de voz grave, pero el poema iba acompañado del rostro de Rode, el último rostro que se me quedó grabado a fuego en Guinea, un rostro que dejamos ajeno a una simple tos, a un simple virus, a una simple espera de respuesta por parte de su familia. Quizá es que nos sentíamos parte de ella y esa Navidad fuera la más especial de todas. Puede ser, pero no dejo de pensar en una pequeña iglesia de madera decorada con telas con lo que parecían unas flores marrones. Preciosas. No dejo de pensar en una comida de Navidad a base de un pescado, nada que ver con esas mariscadas de pinzas rojas y lujosas, que sabía como la mejor comilona del mundo. Y yuca, y cacahuete. Y los ojos de Rode. Y los de Sola, de Reina, de Santos, de Juan, de Raquelita, de Castro, de 220 rostros. Quizá fuera eso lo que algunos llaman feliz Navidad.
 

3 comentarios:

  1. Gràcies Jordi!

    Bon Nadal i Feliç aniversari per tots tres!

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  2. La mirada de Rode en la foto...me da mucho que pensar...Parece que me estubiera preguntando por qué me a tocado a mi, por qué no haces algo para solucionarlo...Algo así como yo tambien tengo derecho...

    Jordi lo tuyo es o a través de las fotos o textos, no dejarme indiferente...
    Ahora falta que estás sensaciones, sentimientos no se me olviden y a trabajar!!!
    Y que sigas colgando cosas por aqui...
    Gracias!

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  3. Como bien expresas Jordi, la felicidad de la Navidad no la dan los sabores, olores o colores de la comida que tomas, ni el calor o el frío con que la celebras, sino quien da sentido, sabor y color a tu vida. Si es Jesús de Nazaret, aquel niño que nació en Belén, podrás celebrar la Navidad lleno de propósito, alegría y esperanza, aunque tu iglesia sea de madera, tela y flores de plástico.
    Gracias Jordi por compartir parte de lo que Dios te permitió disfrutar en Guinea. Un gran abrazo. Por cierto Rodé sigue sigue teniendo esa mirada tan preciosa. ¡Y os echan de menos!
    Jorge Manuel

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