Volver es siempre un proceso extraño. Volver implica que algún sitio lo consideramos nuestro hogar, nuestro punto de origen, "nuestro", pero esas fronteras cada vez se diluyen como arena entre los dedos cuando, de repente, aparece otro "nuestro"... Ayer se reanudaron las clases en Evinayong (y en Malabo) y Nil hizo lo propio en Terrassa. La sensación, extraña, después de un trimestre en una escuela de madera rosa y azul, en una escuela rodeada de selva, en una escuela llena de niños y maestros y de los que, casi con seguridad, podría recitar los más de 200 nombres...
sábado, 9 de enero de 2010
Volver, extraño proceso
Volver es siempre un proceso extraño. Volver implica que algún sitio lo consideramos nuestro hogar, nuestro punto de origen, "nuestro", pero esas fronteras cada vez se diluyen como arena entre los dedos cuando, de repente, aparece otro "nuestro"... Ayer se reanudaron las clases en Evinayong (y en Malabo) y Nil hizo lo propio en Terrassa. La sensación, extraña, después de un trimestre en una escuela de madera rosa y azul, en una escuela rodeada de selva, en una escuela llena de niños y maestros y de los que, casi con seguridad, podría recitar los más de 200 nombres...
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