viernes, 23 de octubre de 2009

Semana 4. Entierro...






La muerte de un jefe de tribu se convierte en un acto social que puede durar hasta dos días. Amigos y familiares pasan toda la noche velando un ataud sencillo, de madera, en la propia casa del fallecido. Junto al cuerpo depositan algunas de sus ropas. En procesión, marchan a pie hacia un pequeño cementerio al lado de una carretera. A primera vista, ahí no hay más que selva, pero un par de columnas trenzadas con hojas de palma anuncia la entrada de un camposanto entre la vegetación, donde modestas cruces elaboradas con caña y hierbas conviven con otras de cemento y azulejo. La ceremoniosidad y seriedad del momento es total, aunque también la presencia constante de canciones plagadas de alegría y de esperanza, de fe. Algunos hombres han dedicado la mañana a preparar cemento para, en el momento del entierro, poder cavar una fosa, depositar el ataud y rellenarla, adecentarla.

    1 comentario:

    1. Hola Jordi, y familia. Soy un amigo de Dani, en Madrid, de Daniel Jándula. Estoy siguendo muy de cerca estas crónicas tuyas por Guinea Ecuatorial, aunque todavía no me he puesto al día y voy por esta titulada "Entierro..." Me parece muy generoso tu esfuerzo por dar a conocer tu experiencia y la de tu familia en esa comunidad. Creo que tus comentarios o relatos, tanto como las fotografías, son muy honestos y a los que los seguimos... ciertamente nos transportan de alguna manera con vosotros. Pero aquí quería comentarte una de las fotografías de "Entierro...", concretamente la última, en la que está todo el personal atendiendo unas últimas oraciones dedicadas al difunto por parte del que parece ser el pastor. ¿Te has fijado en las miradas de muchos de los presentes? Son de auténtica seriedad hacia la cámara. Si yo estuviera detrás de ella me sentiría francamente conminado. Creo que aguantaste muy estoicamente.
      Creo que estais haciendo una fantástica labor.
      Un saludo a todos.

      José

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