miércoles, 29 de agosto de 2012

Yuca y Coca-Cola



Un escritor guineano, Justo Bolekia (de la etnia bubi, la mayoritaria en la isla de Bioko) habla de una estancia rápida y sutilmente hilada, entre hijos, hombres y fardos. Regresar a Guinea Ecuatorial es absorber de nuevo los efluvios de esa tierra roja y ese verde selva que todo lo quiere cubrir. Es acostumbrar el oído a ese idioma fang (la etnia mayoritaria del país, y en especial en el interior) que, con una cantinela propia de enes, ges y vocales alargadas para entonar ideas (un idioma que entona ideas, mientras nosotros nos limitamos a enfatizarlos...), hila las conversaciones incluso entre dos caminantes que se cruzan y no detienen su paso. Es reencontrar rostros, nombres, familias, las escuelas y las iglesias de Malabo, Bata y Evinayong. Es reemprender el trabajo. Es ver como Nil recupera sus amistades guineanas. Es reabrir un arcón que mezcla tradición con aires de modernidad; ritos tradicionales (recorrer la carretera central del país un domingo es un festival de celebraciones) con antenas parabólicas que enseñan (o distorsionan) el mundo exterior, o atangas y yuca con latas de Coca-Cola y una extraña Trina de piña colada. 
Lydia, Nil y yo hemos estado hasta ahora en Bata (capital continental, zona de los ndowe), en unos días de descanso tras tres semanas trabajando en Evinayong (zona fang, a medio camino ya de Gabón y Camerún), que viene a ser como nuestra segunda casa. Allí (junto a un grupo de chicas que ha venido de España y varios chicos de la iglesia) hemos pintado y decorado la escuela -sí, esa de madera verde y rosa que tanto abunda en este blog-, la escuela donde trabaja Eli y donde se reincorpora Sara después de un tiempo de descanso. 
También allí he podido llevar a cabo un curso para maestros de primaria sobre lectoescritura y alfabetización, herramientas para mejorar todavía más el nivel educativo de la escuela Talita Cum (para qué engañarnos, la envidia de todo Evinayong!), donde no paran de llegar solicitudes de matrícula a pesar de tener ya las aulas llenas.
Y aunque el trabajo educativo es la base, el dedo sigue escapando hacia la cámara y hacia el teclado, que para eso existe este intermitente blog. Si internet lo permite (el mes de septiembre lo paso en Malabo, trabajando con los maestros de la escuela El Buen Pastor, donde se puede tener un acceso, aunque lento y a rachas).
Como primera muestra, una imagen de Sola y su mamá (Confi) en Evinayong...

1 comentario:

  1. Moltes felicitats per tornar a aquesta preciosa realitat...d'entonacions noves i reconegudes i molts somnis per teixir!

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