Tarde de río, de bajar una pendiente embarrada sin que nada caiga de la cabeza, de limpiar platos y cacerolas con agua, claro, pero también con ceniza y arena. Tarde de combinar ratos de juego con otros de trabajo. Ser niño en Guinea es disfrutar de una vida al aire libre, de pasar horas correteando y construyendo juguetes con latas y madera, pero también es trabajar cargando agua, platos o hermanitos pequeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario