domingo, 13 de diciembre de 2009

Semana 12. Movun




La humedad, de repente, parece estallar. Como si fueran escondrijos para animales y plantas de vida ajena al sol, surgen pequeños microclimas, jardines de musgo, helechos y mariposas azules, antes de reencontrar los caminos de frutas rojas, ramas que parecen entrelazar manos y columnas de luz que, como el estallido de claridad de una vidriera de catedral, se abren paso. Visitamos Movun. En el interior del interior, camino ya de Camerún, se encuentran pequeños poblados que resisten los cantos de sirena de la ciudad. Su selva incluso parece distinta, menos macheteada, con más parajes todavía por recorrer. La tierra enrojece aún más su aspecto y la mirada de los ancianos parece llegar mucho más adentro. Movun es la frontera entre abandonar los últimos suspiros de la selva y tomar la ruta hacia Bata, hacia la ciudad que, como una telaraña, va tejiendo callejones y vaciando el interior.

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